Blog de Germinar ONG

Abejas Apis Mellifera

Día mundial de las abejas – Proyecto ApiBosque: aprendiendo a ser enjambre

¿Cómo definimos y reconocemos a una abeja?

Si nos piden que imaginemos a las abejas, probablemente comenzaríamos a describir pequeños insectos de color amarillo con rayas negras que al volar emiten un zumbido y producen miel. Incluso recomendaríamos no molestarlas, caso contrario nos podrían clavar su aguijón…

Al pensar en abejas, automáticamente nos referenciamos a una única especie, esto sucede porque estamos habituados a observar a la abeja doméstica “Apis mellifera L.” cuyo origen es Europeo. Sin embargo, existen miles de especies de abejas, muchas de las cuales no producen miel, no son de color amarillo, ni poseen aguijón.

Infografía: Contrareplica.mx

Todas desempeñan un papel crucial en la polinización de diversos cultivos y plantas silvestres. Aunque sabemos que también polinizan: las avispas, las moscas, las mariposas, colibríes y murciélagos (entre otros habitantes de la naturaleza que han co-evolucionado junto a las plantas durante millones de años), se calcula que las abejas representan entre un 60% y un 80% de la polinización de los cultivos en la actualidad.

La apicultura como actividad comercial y cultural

Existe una fuerte conexión entre las abejas y la economía moderna, ya que generan empleo y constituyen una fuente esencial de ingresos para muchas comunidades en áreas rurales o suburbanas. La apicultura es la actividad que se dedica a criar y manejar abejas para obtener productos y subproductos como miel, cera, jalea real, polen y propóleo.

Charla abierta sobre apicultura en el CEA N°25.

La apicultura también desempeña un papel crucial en la conservación de las poblaciones de abejas y en la promoción de la polinización en entornos agrícolas. Pero la expansión del «agronegocio», un modelo de grandes superficies de monocultivos, y el consecuente uso de agrotóxicos, genera problemas de nutrición en los polinizadores, incluyendo a las colmenas.

En este contexto, la falta de biodiversidad de flores silvestres y de cultivos con flores apetecibles, hace que las abejas no puedan completar la dieta saludable que necesitan para enfrentar problemas sanitarios y de toxicidad ambiental.

Abejas Meliponas encontradas en Entre Rios. (Foto: elentrerios.com)

Acerca de las abejas «Meliponas»

En la región chaqueña se encuentran las “Meliponas”, un grupo de abejas nativas de la zona que producen miel y carecen de aguijón. Al no ser abejas agresivas, el manejo y cosecha de miel lo puede realizar cualquier miembro de la comunidad, incluso cerca de sus hogares.

Las abejas Meliponas lograron co-evolucionar en armonía junto con la flora y fauna del monte. Su miel es un recurso vital para quienes aún habitan el monte y es usada por muchos como medicina. Para diversos pueblos originarios esta actividad, llamada “Meliponicultura”, es parte de su forma de vida y su cosmovisión.

Debido a la deforestación y destrucción de su hábitat natural, las abejas meliponas se encuentran en peligro de extinción.«

Aunque la introducción de la abeja doméstica (Apis mellifera L.) desde Europa redujo drásticamente esta práctica, gracias a las comunidades de pueblos originarios se pudo preservar protegiendo a las abejas nativas de la extinción y asegurando con ello la biodiversidad en sus territorios.

Un cambio necesario en la legislación

Históricamente, el Código Alimentario Argentino únicamente reconocía la miel proveniente de la Apis mellifera. En 2019 se incorporó a la “Tetragonisca fiebrigi” (conocida como “yateí” o “rubita”) como productora de miel apta para el consumo humano. Esta modificación permitió que los emprendimientos vinculados con la miel de yateí obtuvieran certificaciones y registros necesarios para comercializar legalmente.

Una colmena de yateí de 5.000 abejas produce 1 litro de miel al año, lo que la convierte en un bien sumamente preciado, con precios que superan los 100 dólares por litro.«

Impulsar iniciativas para proteger la biodiversidad

Frente al avance de las prácticas agrícolas que deterioran el ambiente, es crucial fomentar la regeneración de ecosistemas y proteger a los polinizadores. No solo porque dependemos de ellos para la producción de alimentos, sino porque su desaparición tendría un impacto catastrófico en los ecosistemas.

Plantación comunitaria 2023 (Video: Mario Tiz).

ApiBosque: Restaurando el vínculo entre las personas y la naturaleza
(Por Mario Tiznado)

¿Por qué no enseñan a sacar miel del sol a los helicópteros? No lo sabemos querido Neruda, mientras tanto el proyecto “ApiBosque” es sinónimo de alegría para todo aquel que busque favorecer a la naturaleza y su extensa red de interacciones biológicas.

En Ingeniero Maschwitz, provincia de Buenos Aires, existe una zona de amortiguamiento entre la Reserva Natural Educativa y el Centro de Educación Agraria (CEA) N°25. En este lugar, un grupo de egresados de la camada 2022 del curso de “Producción Apícola”, con el apoyo docente de Marcela Passero y Walter Ponce, solicitó la autorización de los directores del establecimiento para desarrollar el proyecto “ApiBosque”.

Vista aérea del CEA N°25, la R.N.E. Ing. Maschwitz y el Polo Educativo Superior, casco histórico del M.H.N. Antigua Estancia Los Arenales. (Foto: Mario Tiz).

El proyecto consiste en regenerar este espacio mediante la plantación de especies nativas y el control de especies exóticas invasoras, coherentes al contexto de las ecorregiones Pampa, Espinal y Delta e Islas del Paraná, en beneficio de las abejas del colmenar escuela, donde se imparten cursos gratuitos a la comunidad, en relación a la apicultura y diversos saberes.

Una semilla en una comunidad fértil

Una idea sembrada como semilla comenzó a nutrirse en cada encuentro, regada con el trabajo voluntario de un grupo reducido (a veces unipersonal) pero constante los sábados por la mañana. Había mucho por armonizar antes de llevar plantas nuevas. Así, poco a poco, las cosas fueron cambiando, el espacio comenzó a reanimarse y, mientras se trabajaba respetuosamente con la vida y los materiales pre-existente en el terreno, comenzó la peregrinación puerta a puerta, con las organizaciones ambientales referentes de las localidades cercanas.

Sin ningún presupuesto disponible, obtuvimos las plantas que serían las protagonistas del proyecto, en pleno contexto de crisis económica, hiperinflación, desempleo e incertidumbre generalizada. Fue así que hicimos posible lo imposible.

Plantación comunitaria 2024. (Foto: Mario Tiz).

De personas a enjambre

Creyendo en el potencial de esta semilla como alternativa a varias problemáticas, logramos que personas y organizaciones empatizaran con el propósito de ayudar a las abejas del colmenar escuela, incentivando la educación ambiental como una herramienta económica personal y familiar, al mismo tiempo que regeneramos el ambiente.

En su primera versión, el ApiBosque recibió en donación alrededor de 250 enredaderas, herbáceas, arbustos y árboles nativos, que fueron plantados por más de 50 voluntarios. Especies que, a través de su floración, aportaron múltiples sustancias como el néctar, polen y propóleos, además de vitaminas y minerales, para el bienestar de las colmenas y para enseñar sobre ellas en los cursos de apicultura.

Pero sobre todo, nos dimos cuenta de algo más valioso: Pasamos de sentirnos un grupo reducido, con más dudas que certezas, a comenzar a ser parte de un movimiento mayor.«

Gracias a esa idea que fue sembrada mediante acciones y abrazada por la comunidad, ahora cada vez más personas y organizaciones renuevan su confianza y van sumándose a nuestro “enjambre” restaurador, creando espacios bioculturales en medio del urbanismo.

Directivos, docentes, alumnos, vecin@s y voluntari@s.

Nuestros próximos desafíos

Sabemos que hay múltiples causas que han producido un quiebre en el vínculo entre los seres humanos y la naturaleza, para eso las ciencias aportan antecedentes acerca de las condiciones en que estamos devolviendo a las próximas generaciones la casa que nos contuvo durante nuestro tiempo de aprendizaje en ella.

Inspirados en el mundo de las abejas, logramos superar múltiples desafíos. Llegamos a identificarnos como la parte humana de la colmena y, como tal, nuestro bienestar se asocia con el bienestar del ambiente.«

¿Qué lugar ocuparemos cuando la inteligencia artificial amenace con reemplazarnos en labores profesionales, técnicas y domésticas?

Queremos seguir involucrados en la regeneración, continuar plantando y compartiendo experiencias de calidad en la naturaleza para que otros también puedan encontrar su lugar y conectar con espacios urbanos y rurales.

Abejas sanas, humanos sanos.

Armonizar comunidades mediante la vinculación con su entorno, generar las herramientas para desarrollar una actividad con potencial económico, mientras se cuida y no explota indiscriminadamente al planeta como si este fuese un recurso, ese es nuestro propósito.

Pero que por sobre todo rescatar al ser humano natural de convertirse en un ser humano digital. A eso llamamos proyecto ApiBosque, que lleva incorporadas más de 500 plantas y árboles gracias al compromiso de las empresas, organizaciones y personas junto a quienes hemos podido crear un nicho ecológico de encuentro, con la capacidad de nutrir a la ciudad con flores y colores, además de restaurar el vínculo entre las personas la naturaleza.

¿Tenés ganas de participar?