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Visita a la Fundación Agroecológica Iguazú

Visita regenerativa a la Fundación Agroecológica Iguazú

Acerca de la FAI

La Fundación Agroecológica Iguazú (FAI) es una organización sin fines de lucro fundada en 2010. Su objetivo fundamental, según comparten en su sitio web, es “…regenerar la vida para la salud del planeta…”. Trabajan 4 ámbitos interconectados: hacer, educar, investigar, conectar.

Inmersa en el corazón del Bosque Atlántico, en la península Andresito, Misiones, su reserva está contigua al Parque Nacional Iguazú (Argentina) y al Parque Nacional do Iguaçu (Brasil), al otro lado del río Iguazú. También nos cuentan: “…Construimos nuestro camino alrededor de la producción de yerba mate bajo sombra donde además cosechamos biodiversidad, compost, aprendizajes y comunidad…”.

Hacia allí fuimos, junto al equipo de Germinar que había participado días antes de la plantación de 20.000 árboles nativos, junto a Bayka, con la misión de ayudar a regenerar el Bosque Atlántico.

Ecoducto sobre la Ruta N°101. Foto: Gobierno de Misiones.

Camino a la FAI por el ecoducto

Ir en auto desde la Ciudad de Buenos Aires a la FAI lleva aproximadamente 16 hs (1320 km), desde San Sebastián de la Selva, nuestro punto de partida, fue solamente 1 hs (50 km). En el camino atravesamos el ecoducto Misiones, primer y único puente pasafauna aéreo de Argentina y América Latina, el cual permite que la fauna local pueda cruzar de un lado a otro del corredor biológico Urugua-í Foster que se encuentra atravesado por la ruta nacional N°101.

El paisaje en la ruta es realmente impresionante y muy disfrutable entre curvas y contracurvas que invitan a manejar a una velocidad fluida y muy prudente. Al ingresar por el camino rural que lleva hacia la FAI, atravesamos plantaciones de Tabaco, Mandioca, Yerba Mate, que conviven con chacras productivas de frutas nativas y exóticas las cuales son intercambiadas entre productores o comercializadas al público general en forma de dulces y otro preparados, a través de cooperativas o ferias regionales.

Refugio dentro de la FAI. Foto: FAI / Sol Figueroa

Un proyecto humano e inspirador

Llegamos a la Reserva Ecológica Iguazú y allí nos recibió Emilia, Guardaparques y guardiana de este espacio que, junto a Evaristo, Fabián y Alejandro, nos acompañaron en una visita guiada por el vivero de nativas, el área de compostaje, el sistema agroforestal, la huerta circular y luego al magnífico CEREVÍ (Centro de Regeneración de Vida).

Todos estos proyectos o áreas dentro de la FAI funcionan de forma coordinada para cumplir su propósito de regenerar la vida en la selva, demostrando que se puede producir en equilibrio con la naturaleza existente».

Vivero de flora nativa de la FAI. Foto: Germinar.

En el vivero se producen los plantines de yerba mate que se plantan luego alternando líneas de producción bajo el monte existente y en yerbales al sol que se busca regenerar. También se producen árboles nativos de especies como: anchico colorado, timbó, palmito, palo rosa, entre otras que se utilizan para regenerar la selva en zonas degradadas. Además, un porcentaje de estos árboles son donados a escuelas o entre productores que quieren migrar de métodos de producción intensivos de yerba mate “bajo sol” (en los cuales se aplican agroquímicos, degradando el suelo y perdiendo biodiversidad), hacia métodos más sustentables.

En el área de compostaje se produce el sustrato que se utiliza en el vivero. Se incorpora materia orgánica proveniente del monte, combinada con técnicas como el “bokashi” o el “compost biodinámico” que es supervisado por asesores de la Asociación para la Agricultura Biológico-dinámica de Argentina (AABDA).

El sistema agroforestal, la huerta circular y el espiral de plantas medicinales demuestran que la producción de alimentos y medicina para el autoabastecimiento es posible de realizar de forma amigable con la selva.«

Alimentos de la huerta en nuestras manos. Foto: Germinar.

El CEREVÍ es un camino en forma de espiral, una pasarela que va ascendiendo en altura en medio de la selva. Recorriendo sus distintos estratos, se accede a distintos yurts (módulos habitacionales), arribando a un hermoso mirador que nos ubica a la altura de la copa de los árboles más altos y desde donde se ve, a lo lejos, el poderoso río Iguazú. Se propone como “…un lugar de encuentro con la naturaleza, con otros y con nosotros mismos, y al concepto de regeneración…”. Allí se impulsan proyectos colaborativos de educación, investigación e implementación de sistemas regenerativos.

Recorrida por el CEREVÍ. Foto: Germinar.
Vista desde el mirador. Foto: Germinar.

Aún recuerdo cuando, alrededor del año 2016/17, Alex (uno de los fundadores de la FAI) nos compartió el proyecto en el marco de una charla sobre la producción de Yerba Mate «bajo sombra» y «bajo monte». Se trataba de un dibujo similar al “espiral de fibonacci” que tomó como inspiración para crear un espacio de encuentro en la Selva Misionera. Ver y recorrer hoy esta idea hecha realidad nos pareció algo sumamente sorprendente e inspirador.

Uno de los deseos que plantamos en la FAI. Foto: Germinar.

Nuestra huella en la selva

Al final de la recorrida, cuando pensábamos que habíamos finalizado la visita, Emilia nos invitó a plantar árboles nativos con algún mensaje o deseo que nos hiciera sentido. Veníamos de plantar miles de árboles, pero esta invitación se sintió diferente. Fue nuestra oportunidad para hacer una pausa, reflexionar sobre nuestra misión en la selva y plantar nuestras mejores intenciones con un breve ritual.

Así nos despedimos, con ganas de volver y compartir junto al resto del equipo de Germinar lo maravilloso de estos proyectos que son un faro y nos inspiran a continuar nuestra misión en nuestra comunidad.

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